La astronomía es una ciencia que se ha desarrollado y evolucionado desde los albores del tiempo, ya fuese desde una caverna iluminada por el incesante baile de una llama en la oscuridad de la noche, o desde la sala de control de la sonda New Horizons, el instinto de exploración del ser humano está impreso en nuestra genética, y gracias a la tecnología, podemos ver incluso los objetos más distantes del Universo, enviar a un robot autónomo a la superficie de Marte, una sonda a explorar como es realmente la superficie del planeta enano Plutón, o sobrevolar el plasma incandescente de la corona solar.
Seguramente se preguntarán si desde incluso su propio hogar pueden observar algunas de las maravillas del Sistema Solar, o del propio Universo, y la respuesta es sencilla: Si
En los inicios de la época renacentista, astrónomos de la talla de Galileo Galileo, Isaac Newton, Johannes Kepler, Tycho Brahe, Chrystian Huygens, Charles Messier, entre otros, fueron capaces de observar algunas de las maravillas del Sistema Solar y de Cielo Profundo a través de telescopios construidos con materiales de aquella época.
En la actualidad, tenemos varias configuraciones ópticas, materiales, accesorios y elementos que nos ayudan a observar los mismos objetos que se observaban en el siglo XVII, con la diferencia de que la calidad de imagen actual es miles de veces mejor.
